Trayendo una tradición mexicana llena de nostalgia y belleza, el Museo de Kentucky celebra el Día de los Muertos con una ofrenda comunitaria.
La ofrenda comunitaria, que este año celebra su tercera edición. Abierta al público del 22 de octubre al 1 de noviembre, la muestra forma parte de la celebración del Día de los Muertos y fue creada por Camille Maria Acosta en colaboración con el Kentucky Folklife Program. Originaria de El Paso, Texas, Acosta explicó que el proyecto nació como una forma personal de sobrellevar la nostalgia de su hogar y de las tradiciones con las que creció.
“Gran parte de esto es que extrañaba mucho mi hogar”, afirmó Acosta.
Con el deseo de ofrecer un espacio donde otros pudieran compartir esos mismos sentimientos, Acosta imaginó una ofrenda en la que las personas pudieran honrar a sus seres queridos y reflexionar sobre el duelo en un ambiente comunitario.
Lo que comenzó como una muestra personal con fotografías, recuerdos y objetos de sus familiares, amigos y mascotas, pronto creció cuando Acosta abrió la invitación a toda la comunidad de Bowling Green.
“Al principio no pensé que sería muy popular“, afirmó Acosta. “ Pero en cuanto invitamos a cualquier persona a participar, empezó a crecer”.
En los últimos dos años, la ofrenda se ha ampliado con contribuciones de estudiantes, profesores y residentes locales, convirtiéndose en un homenaje compartido que es a la vez profundamente personal e inclusivo. La organización puede tardar desde un día hasta un mes, según la cantidad de artículos que se reciban, pero Acosta señala que el proceso en sí es tan significativo como el resultado final.
“Es muy bonito ver a la gente unirse por esta razón en particular”, afirmó Acosta.
Al hablar sobre lo que la ofrenda ha significado para la comunidad de Bowling Green, incluyendo a quienes se acercan por primera vez a esta tradición, Acosta expresó que el proyecto ha traído una sensación de consuelo.
Acosta afirmó que le gusta hablar con las personas que le prestan objetos, conversaciones que a menudo desembocan en “risas, llantos y recuerdos de buenos momentos”.
Añadió que, independientemente de la emoción, hay consuelo en darse cuenta de que “no estás solo en tu dolor”.
La creciente participación refleja tanto la universalidad del dolor como el deseo de conectarse a través de las tradiciones culturales.
Para Acosta, la ofrenda es mucho más que una exposición, sino también un espacio para que la comunidad de Bowling Green celebre la herencia latinoamericana, honrando la memoria de sus seres queridos y donde encuentran solidaridad en el recuerdo colectivo.
Mirando adelante, Acosta espera que la ofrenda continúe creciendo y se mantenga como una parte permanente de la cultura de Bowling Green.
Afirmó que su objetivo es que el altar y las tradiciones que lo rodean sigan presentes y visibles, no solo durante la celebración anual, sino también mediante programas comunitarios continuos.
“Siempre hemos estado aquí”, afirmó Acosta, subrayando la importancia de celebrar esa presencia y mantener viva la tradición para las próximas generaciones.”
Acosta espera que ese espíritu de inclusión siga siendo el sello del evento. Aunque este año la exposición estará abierta solo por dos semanas, anima a todos los que deseen participar a que se acerquen.
“Aunque sea el último día, no duden en contactarme, nos encantaría exhibir sus ofrendas.”
